Medidas para fomentar el espíritu emprendedor en España

José Folgado Blanco
Secretario de Estado de Energía, Desarrollo Industrial y de la Pyme

En los últimos años, en la Unión Europea se ha tomado conciencia de que existe en nuestras economías una insuficiencia de espíritu emprendedor, sobre todo si nos comparamos con otros países como USA. Por ello, institucionalmente, la Unión Europea asumió que existía este déficit y a partir del Consejo de Lisboa (junio de 2000) empezó a trabajar para fortalecer el espíritu emprendedor en todos sus aspectos con el objetivo último de que en 2010 la UE fuera el área económica más competitiva del mundo. En febrero de 2001, los ministros de Educación europeos establecieron el programa detallado para el desarrollo de los objetivos de los sistemas de educación y formación. La acción comunitaria más reciente ha sido la publicación del Libro Verde sobre el espíritu emprendedor donde queda patente la necesidad de educar emprendedores.

En España, prácticamente el 99 por ciento de nuestras empresas son pymes y, entre ellas, la mayoría son unipersonales o microempresas. En términos comparativos con la UE, en 2002 España tenía un 7 por ciento más de pymes, siendo el número medio de trabajadores inferior a la media de la UE, 5 y 6 trabajadores, respectivamente. Por lo que respecta a la actividad, las pymes españolas son en su inmensa mayoría empresas de servicios. Según Eurostat, el número de pymes existentes en España aumentó un 14 por ciento en el período 1995-2000, frente al 7 por ciento de incremento de la Unión Europea en el mismo período.

La globalización, con la mayor competencia y consiguiente presión sobre los costes empresariales, los cambios tecnológicos y las transformaciones de la estructura sectorial de las economías desarrolladas están dando lugar al fuerte crecimiento de un sector servicios altamente especializado. Este nuevo marco permite a empresas de tamaño relativamente reducido nacer, crecer y ser muy competitivas. En este contexto de cambio, es necesario preparar a nuestros jóvenes para una sociedad en la que ellos van a tener que dirigir, más que nunca, su vida social, cultural y profesional. Para ello, el espíritu emprendedor se revela como un elemento esencial.

Concepto multidimensional

¿Y qué es el espíritu emprendedor? Se trata de un concepto multidimensional, que incluye valores personales, tales como la creatividad, la disposición positiva para la innovación y el cambio, la confianza en uno mismo, el liderazgo, la aceptación del fracaso como fuente de experiencia, las actitudes de cooperación y de trabajo en equipo... Según el Informe GEM (Group Entrepreneuship Monitor), España ocupa una posición relativamente baja en relación con el espíritu emprendedor, aunque está mejorando en los últimos años, y señala como principales características de la actividad emprendedora en España que:

" El 75 por ciento de todas las empresas nuevas creadas lo son por oportunidad más que por necesidad, perfil que corresponde con los países más desarrollados.

" El perfil del emprendedor en España es una persona de mediana edad, generalmente con educación universitaria y con recursos económicos propios.

" Cuando nos referimos a las mujeres, este perfil se modifica ya que, por lo general, ellas emprenden más por necesidad, lo hacen más jóvenes y con menor formación. En muchos casos provienen de situaciones de desempleo y carecen de recursos propios.

En España, como señala el GEM, el mundo emprendedor se encuentra con obstáculos relevantes como son la falta de apoyo de la sociedad y los insuficientes contactos entre el sistema educativo y los principios del espíritu emprendedor, ya que sólo en la educación universitaria, y más particularmente en los estudios de postgrado, se observa una mayor atención a esta materia. El clima económico, los valores sociales (muy en particular la adecuada relación entre riesgo y recompensa, y la no estigmatización del fracaso empresarial) y la política económica en general son esenciales para tener una cultura emprendedora vigorosa. Pero, además, los aspectos regulatorios que afectan la actividad empresarial, el acceso de las pymes a la financiación, el marco fiscal y la eliminación de las trabas burocráticas que dificultan la creación de empresas son también importantes. Pues bien, en todos ellos, España ha llevado a cabo una política pionera en la UE.

En el ámbito general, la política económica del Gobierno ha perseguido un clima de estabilidad macroeconómica, que generara confianza a las decisiones empresariales. En la esfera privada se ha llevado a cabo una política que ha favorecido el nacimiento y el crecimiento de las pymes, artífices de la mayor parte del empleo creado en España en estos años. La primera medida ha sido sin duda la combinación de tasas de crecimiento económico positivas con la reducción de los tipos reales de interés, lo que ha mejorado la financiación de las pymes. A su vez, el proceso de consolidación fiscal ha permitido ir creando un marco fiscal muy favorable, con sucesivas rebajas en el Impuesto de Sociedades o medidas tan importantes como la eliminación del IAE para casi la totalidad de las pymes españolas. Asimismo, en relación con la financiación se ha buscado adecuar los instrumentos existentes a las características de estas empresas, con instrumentos tan importantes como la Línea Pyme del ICO, dotada este año con 3.000 millones de euros, que pone a disposición la financiación en condiciones favorables de tipos de interés y de plazos, y que el 15 de agosto estaba completamente agotada.

Por lo que se refiere a los obstáculos administrativos a la creación de empresas, el proyecto Nueva Empresa, en vigor desde el pasado 2 de junio, elimina de forma eficaz los obstáculos administrativos y jurídicos ligados al nacimiento de la empresa, y constituye un hito no sólo en la regulación económica española, sino también en la Administración electrónica, yendo más allá de la recomendación de la Carta Europea de la Pequeña Empresa, hasta situarse en un lugar pionero en Europa. Es necesario destacar que este proyecto constituye una herramienta eficaz para los emprendedores, al reducir sustancialmente los plazos de constitución, siendo ya posible crear una empresa con forma societaria simplificada en un plazo cuatro veces más rápido que con el sistema tradicional (forma presencial) e incluso doce veces más rápido si se utiliza en su totalidad el procedimiento telemático. A día de hoy, cerca de mil empresas han solicitado ya la Reserva de Denominación Social Nueva Empresa, lo que constituye un inicio esperanzador de este nuevo proyecto.

Educación integral

He dejado para el final la medida de más calado, ya que pretende modificar las mentalidades de nuestros niños y nuestros jóvenes, dándoles a conocer el significado de emprender y haciendo de este concepto algo atractivo. Aunque no se puede enseñar a ser empresario, el desarrollo de una actividad emprendedora se debe fomentar en los jóvenes ya en la escuela. Desde la óptica de las cualidades personales, el espíritu emprendedor supone desarrollar la iniciativa personal, la confianza en sí mismo, la creatividad, el dinamismo, el sentido crítico y la asunción de riesgos. Si tenemos en cuenta las características y obstáculos de la actividad emprendedora en España y de las acciones que se promueven desde la UE, parecía adecuado iniciar en nuestro país el camino para incluir el espíritu emprendedor en el sistema educativo, y qué mejor momento que aprovechar la reforma emprendida por la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) para incluirlo.

Quiero dejar patente la calurosa acogida que nuestra iniciativa ha tenido en el Ministerio de Educación y en los responsables de educación de las autonomías. La LOCE ha incluido este concepto, en su más amplia acepción y de manera vertical, en todos los niveles educativos. Por último, quiero destacar que con este programa España se sitúa en un lugar pionero en Europa, ya que en ningún otro país existe un marco sistemático y coherente para desarrollar el espíritu emprendedor en los sistemas educativos, por lo que estoy convencido de que constituirá el germen para que se desarrollen multitud de iniciativas en los próximos años.